Cuando pensamos en las grandes organizaciones, tanto empresas como otras entidades, somos inmediatamente conscientes de los impactos negativos sobre el clima que son capaces de ocasionar, pero también podemos entender que sus acciones de adaptación y mitigación entrañan igualmente un efecto altamente positivo. Lo cierto es que por razones normativas y también de autorregulación, las grandes organizaciones han comenzado antes a analizar el riesgo climático y a tomarlo en consideración en su estrategia empresarial u organizacional y a desplegar planes de lucha con medidas para reducir emisiones y también para que las alteraciones en los indicadores climáticos resulten menos lesivas para sus intereses.
El Estudio sobre la acción y divulgación climática que realiza Ecoact, en su última edición, correspondiente a 2022[1], pone de relieve el avance operado en las grandes compañías en relación con este aspecto de sostenibilidad. Así, si en 2019 sólo un 20% de las corporaciones estaban comprometidas con alcanzar el cero neto en 2050, en 2022 esta cifra llega al 70%.
La acción climática de las grandes empresas cuenta con algunas referencias que expresan el camino a seguir. Es el caso del Task Force on Climate-related Financial Disclosures, conocido por sus siglas TCFD, es un marco de reporte específico para dar a conocer a las partes interesadas la información sobre cambio climático en la compañía. El TCFD fue creado por el Financial Stability Board y sus recomendaciones se estructuran en cuatro categorías que dan lugar a once comrpomisos:
- GOBIERNO CORPORATIVO
Se trata de describir la gobernanza existente sobre oportunidades y riesgos derivados del cambio climático:
a) Explicar la función de supervisión realizada por el Consejo de administración de dichos riesgos y oportunidades.
b) Describir la función de la Dirección en la evaluación y gestión de los riesgos y oportunidades.
- ESTRATEGIA
Hacer públicos los impactos reales y potenciales de los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático en las áreas de negocio, la estrategia y la planificación financiera de la organización cuando dicha información es relevante:
a) Describir los riesgos y oportunidades que ha identificado la organización a corto, medio y largo plazo.
b) Describir el impacto de los riesgos y oportunidades en las líneas de negocio, la estrategia y la planificación financiera de la organización.
c) Dar prueba de la resiliencia de la estrategia de la organización teniendo en cuenta diferentes escenarios relacionados con el cambio climático, incluyendo un escenario de 2 ºC o inferior.
- GESTIÓN DE RIESGOS
Se trata de informar sobre cómo identifica, evalúa y gestiona la organización los riesgos relacionados con el cambio climático:
a) Explicar los procesos que emplea la organización para identificar y evaluar los riesgos relacionados con el cambio climático.
b) Dar a conocer los procesos que emplea la organización para gestionar dichos riesgos.
c) Describir cómo están integrados los procesos de identificación, evaluación y gestión de esos riesgos en la gestión de riesgos global de la organización.
- INDICADORES Y OBJETIVOS
Consiste en informar sobre los indicadores y objetivos utilizados para evaluar y gestionar los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático cuando dicha información sea relevante.
a) Objetivar las métricas que emplea la organización para evaluar los riesgos y las oportunidades de acuerdo con su estrategia y su proceso de gestión de riesgos.
b) Reportar el alcance 1, alcance 2 y, en su caso, alcance 3 de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los riesgos relacionados.
c) Dar a conocer los objetivos establecidos por la organización para la gestión de los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático así como los resultados alcanzados.
En cuanto a las líneas de actuación puestas en marcha desde el ámbito de las grandes empresas, la mayor parte de ellas pivota sobre la reducción de emisiones, verdadera pieza clave del freno al cambio climático, mientras que las actuaciones de adaptación o resiliencia son menos frecuentes y ambiciosas. El estudio mencionado de ECOACT ofrece algunas referencias que pueden ser inspiradoras y formar parte de un plan:
- La primera cuestión que debería abordarse es alinearse con la necesidad de alcanzar el cero neto en 2050 (en realidad, esa ambición debería ser mayor y planificar un plazo mucho más cercano) y asimirlo como un objetivo ineludible.
- Alinearse con marcos como el comentado TCFD puede ser una buena idea para que el camino hacia el cero neto vaya acompañado de transparencia e indicadores. También puede ser de gran utilidad validar los objetivos trazados a partir de alguna iniciativa como Science Based Targets (SBT), que acredita la idoneidad de las medidas a emprender.
- Llevar a cabo un análisis de riesgos climáticos en atención a los distintos escenarios que se manejan en la actualidad, para poder planificar medidas de actuación en cada caso.
- Poner un precio interno al carbono, como herramienta voluntaria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la huella de carbono y poder anticiparse a una potencial regulación.
- Ofrecer incentivos a la alta dirección relacionados con la consecución de objetivos de reducción, adaptación y resiliencia.
- Aprovechamiento de las energías renovables en todas las instalaciones de la compañía para frenar el consumo de energías fósiles.
- Medir las emisiones de alcance 1 y 2, que se generan directamente en las instalaciones y procesos de la empresa.
- Medir y planificar la reducción de las emisiones de alcance 3.
- Compensar las emisiones que se producen a lo largo del proceso de eliminación definitiva, tanto en el corto como en el medio y largo plazo.
[1] https://info.eco-act.com/es/estudio-de-la-acci%C3%B3n-y-divulgaci%C3%B3n-clim%C3%A1tica