El objetivo de poner en marcha una iniciativa de Territorio Socialmente Responsable (TSR) es promover en ese espacio geográfico un avance significativo y compartido en ámbitos concretos de la sostenibilidad. Se trata de superar la mera adición de progresos individuales por parte de cada uno de los agentes y promover la creación consciente de valor compartido aprovechando sinergias y apostando por una gobernanza abierta y participativa. Es, en definitiva, la apuesta de un territorio, a través de sus diferentes organizaciones, tanto públicas como privadas ─del ámbito económico, social, asistencial, cultural o ambiental─ por la vincular su futuro al compromiso con la sostenibilidad.
La diversidad de ámbitos territoriales en los que puede emplearse el concepto de TSR abre, además, la posibilidad de que se trate de modelos igualmente diferenciados. Desde las escalas local y comarcal, tal vez las más comunes, el concepto se abre a experiencias sobre espacios más amplios y también a demarcaciones más modestas, como barrios o incluso edificios, como explica Josep Maria Planelles en su entrevista en Comunidad RS.
Lo cierto es que se trata de tanto de una idea como de una metodología con un recorrido todavía modesto y, además, configuran un marco suficientemente flexible para cumplir una de las premisas esenciales: adaptarse a cada realidad geográfica y no constreñir ni encorsetar las iniciativas de forma que evolucionen de manera autónoma y natural para servir de instrumento útil en el objetivo de crear y afianzar responsabilidad social en su ámbito de actuación.
Las buenas prácticas, por tanto, podemos categorizarlas en dos tipos: las correspondientes con territorios que han avanzado significativamente en esta materia y, por tanto, se configuran como ejemplos para otros ámbitos y actores que estén comenzando su andadura como TSR y en segundo lugar, buenas prácticas en cuanto a la gestión y funcionamiento que serían aplicables con carácter general a otros casos para mejorar sus enfoques o resultados.
L’Horta Nord (Valencia)
A través del Consorcio Pactem Nord, un Pacto Territorial para la Creación de Empleo, desde 2001 se llevan a cabo actuaciones no sólo propias de un organismo público de esta naturaleza (el fomento del empleo), sino que se promueven otras muchas acciones bajo un enfoque de TSR.
La composición de este consorcio cuenta con ayuntamientos de la comarca, los sindicatos UGT, CCOO, USO y las asociaciones empresariales ASIVALCO, AUPIM y AEMON.
Entre las acciones más destacables, puede citarse la iniciativa de un Banco de Tierras orientado a mantener la vigencia del carácter agrario del territorio y fomentar la puesta a disposición de terrenos agrícolas para dinamizar su cultivo, tanto profesional como de ocio o con fines educativos.
Otras actuaciones relevantes son el fomento de la responsabilidad social entre las empresas, la apuesta por la igualdad, tanto entre trabajadores como en el emprendimiento y la creación de empresas y cooperativas.
También han abordado la inserción laboral de personas con discapacidad, la incorporación de cláusulas sociales a la contratación pública o el desarrollo local.
Respon.cat
Se trata, tal vez, de la iniciativa más sólida y con una trayectoria más dilatada en materia de TSR. Respon.cat es se integra por empresas y las organizaciones empresariales que están comprometidas con la Responsabilidad Social, con el objetivo de promover un salto cualitativo y cuantitativo de la RSE. Su ámbito territorial es Catalunya y apuesta por la competitividad empresarial vinculada a la sostenibilidad. Sitúa, pues la responsabilidad social de las empresas como elemento estratégico y parte de su propia cultura.
Está concebido como espacio de encuentro y colaboración entre empresas de todo tipo de sectores y dimensiones, que, a través del Consejo General de Cámaras de Comercio de Catalunya, ejercen el liderazgo de la iniciativa.
¿Cómo poner en marcha un TSR?
Los primeros pasos son cruciales a la hora de afrontar un proceso de TSR. La Cátedra de Responsabilidad Social de la Generalitat Valenciana en la Universidad de Alicante ha llevado a cabo algunos proyectos al respecto y en su publicación Definición de Indicadores para un Territorio Socialmente Responsable. Propuesta para la creación de la Red Valenciana de Territorios Socialmente Responsables ofrece información relevante que permite familiarizarse con el concepto y afrontar el proceso con garantías.
Resulta esencial seguir un proceso ordenado y, en todo caso, determinar cuál es el ámbito geográfico que queremos transformar en TSR. Puede tratarse de demarcaciones administrativas, tales como un municipio, una comarca o incluso una provincia, pero también otro tipo de agrupación de municipios que compartan unos límites geográficos definidos (como puedan ser mancomunidades o áreas metropolitanas, por ejemplo). Incluso cabe plantear un TSR en unidades menores, como barrios, entidades locales menores u otras).
Otra cuestión primordial es decidir quiénes lo integran y qué roles tienen. Aunque no existe una única fórmula, pues cada territorios tiene agentes diversos, resulta esencial que la administración forme parte de la iniciativa, sin embargo, también es deseable que haya compromiso empresarial individual y a través de sus organizaciones representativas, y una representación de entidades de interés social, ambiental o cultural. Cuanta mayor pluralidad, mayor riqueza de puntos de vista. En todo caso, lo verdaderamente imprescindible es el compromiso, la voluntad de contribuir, de crear sinergias y crear valor compartido para el territorio. Cada uno de los agentes asumirá un papel que debe también ser conocido y aceptado.
Es importante también en estos primeros compases, fijar los objetivos que se esperan alcanzar, de forma que sean compartidos y asumidos por todas las organizaciones presentes, tanto de carácter público como privado.
No está de más, tampoco, poner sobre la mesa un proyecto de financiación que permita acomodar las acciones a poner en marcha con la capacidad económica del grupo. No es imprescindible crear una estructura ad hoc, sin embargo, hay que ser consciente de que habrá costes económicos y de otro tipo y es bueno conocer desde el principio la capacidad de contribuir de cada entidad. Igualmente, será interesante fijar un calendario de trabajo que comprometa a todas las partes interesadas.
Una vez afianzado el proyecto, puede considerarse la oportunidad de optar a ser reconocido como integrante de la Red Valenciana de Territorios Socialmente Responsables, un proceso sencillo, pero para el que conviene despejar algunas dudas. A este respecto, será muy útil la lectura del documento FAQ’s sobre la Red Valenciana de Territorios Socialmente Responsables editada también por la cátedra.